La red académica interconecta a la Universidad Autónoma de Occidente (UAO)
con el Tecnológico de Monterrey,
permitiendo la operación remota de Teleoplogis.
Una celda de manufactura didáctica llegó a la
Universidad Autónoma de Occidente, hace más de diez años. La herramienta, a
pesar de ser muy innovadora, era poco utilizada, por lo que algunos docentes e
investigadores tuvieron la idea de desarrollar un proyecto para obtener mayor
funcionalidad del equipo.
En el 2012, Maritza Correa Valencia, ingeniera
industrial y doctora en informática, quien actualmente es directora de
Postgrados de la Facultad de Ingeniería de la UAO, y líder del proyecto, visitó
el laboratorio de Automatización de Sistemas de Manufacturas del Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, ITESM, en México D.F., donde
se encontró con que ellos también tenían una celda, que respondía a algunas
necesidades de sus estudiantes, enfocadas a programas como mecatrónica e
informática.
“A ellos les llamó la atención la propuesta de
desarrollar prácticas para ingenieros industriales, que pudieran realizar desde
aquí, y ellos también podrían proveernos algunas a nosotros. La idea era
colaborar y compartir recursos entre ambas instituciones”.
Una vez se llegó a un acuerdo de trabajar en
conjunto, la universidad caleña se puso en la tarea de habilitar su celda y
dejarla lista para operar. Esa tarea se tardó un año completo, ya que algunas
de sus partes requerían ser renovadas. Allí nació el proyecto Laboratorio
Teleoperado de Operaciones Logísticas, TeleOpLogis.
El marco de este proyecto fue inspiración para el
desarrollo de dos tesis, una de pregrado en Ingeniería Industrial, realizada
por el estudiante Rubén Diuza, donde se propuso una metodología para ayudar a
los estudiantes a desarrollar modelos de simulación, y otra de la maestría en
Logística Integral, ejecutada por Adriana Carolina Lozano, para desarrollar las
prácticas con ayuda de la metodología ABP, que allí se realizarían.
“La primera práctica que tuvimos, que estuvo antes
que Adriana terminara la tesis, simulaba la descarga de buques: unas fichas
LEGO eran contenedores que llegaban al puerto de Buenaventura, y eran
trasladadas a ciertos puntos, simulando en qué zonas de almacenaje debían
quedarse y cuánto tiempo debían permanecer en cada una”, indicó la doctora
Correa.
En ese momento, la conexión a través de la red
académica era imprescindible. Para que el laboratorio pudiera ser operado
remotamente y sin inconvenientes, debía emplearse una conexión de alta
velocidad, que llegara a Red CUDI, la Corporación Universitaria para el
Desarrollo de Internet, en México, que está conectada con la Cooperación Latino
Americana de Redes Avanzadas, RedCLARA, con la Red Académica de Tecnología
Avanzada RENATA, y con la Asociación RUAV.
Con esta garantía, Mauricio Peña, en ese momento
estudiante uniautónomo de la Maestría en Ingeniería, viajó al país azteca y se
alojó en el campus del ITESM, donde llevó a cabo las pruebas de conectividad y
de tele-operación de ambas celdas, durante dos semanas, en el año 2014.
Una nueva fase
Actualmente, el tema fundamental de la
investigación es la seguridad, la cual permitirá que la manipulación remota sea
la adecuada todo el tiempo.
“Ahora, la idea es proponer una segunda etapa del
proyecto, asociando ingenieros informáticos e ingenieros multimedia de la UAO,
para el desarrollo de la plataforma web en ambientes de programación más
interactivos y seguros, que permitan poner a disposición de nuestra comunidad
universitaria la tele-operación de las celdas, incluso con el aprovechamiento
de dispositivos móviles”, aseguró Alexánder Aragón, instructor de laboratorios,
docente de la facultad de Ingeniería de la universidad, quien también hace
parte del proyecto y ha desarrollado el sitio web del proyecto.
http://teleoplogis.net
Asimismo, será necesario desarrollar un protocolo
que permita reservar la celda, en el momento en que algún estudiante requiera
llevar a cabo uno de los laboratorios y que, además, pueda contar con
acompañamiento técnico.
Estudiantes de la universidad, que se encuentren en
el exterior, también podrán trabajar con la maquinaria, sin importar la
diferencia horaria que exista.
“Nuestras prácticas son muy específicas para
algunas asignaturas, por lo que pensamos
que inicialmente las podríamos compartir con los colegas a quienes les sirva
este mismo enfoque. Sin embargo, el
acceso no estaría abierto a todo el mundo, ya que nuestra comunidad
universitaria es muy grande, y debemos priorizarla. El contacto con México sí
es indispensable”, comentó el ingeniero Aragón.
Educando con tecnología
El equipo de Teleoplogis se ha preocupado por
ofrecerles a sus estudiantes herramientas tecnológicas, que les permita recrear
actividades que desarrollarán en su vida profesional, dentro de los
laboratorios de su institución.
“Muchos de ellos nos pedían simulaciones o
representaciones de los procesos, por lo que ahora contamos con simulaciones en
nuestro sitio web. También pueden programar ciertos aspectos de la celda, lo
que ha generado satisfacción”, explicó Correa.
La intención de seguir colaborando con las
instituciones con las que puedan intercambiar servicios aún continúa en
proceso, así como investigar en conjunto, generar desarrollo y atraer
beneficios para toda su comunidad académica.
Ver enlace RUAV: http://ruav.edu.co/casos-de-uso/?tab=casos-de-uso